sábado, 4 de diciembre de 2010

EVOCACIÓN

Eran las nueve de la mañana en España, me encontraba en casa, aun acostada aunque despierta, pues estaba pendiente de mi móvil, esperando ansiosa cualquier señal tuya. El teléfono sonó, me saludaste con unos buenos días, yo contesté en voz baja entre pudorosa y sensible, aun no estaba acostumbrada ni a tu voz ni a tus llamadas, todo era tan nuevo…
Te encontrabas por cuestiones de trabajo en Senegal, en ese momento en la habitación del hotel donde te alojabas, me preguntaste - ¿qué haces? Yo conteste, - aun estoy en la cama y solté una carcajada nerviosa, tú sonreíste también y añadiste – pues yo estoy en la bañera tomando un baño caliente, hago tiempo hasta que vengan a recogerme.
Yo empecé a reconocer el sonido del agua cuando agitabas tus manos, te comenté que también me bañaría cuando me levantara. Mi imaginación aprendió a volar en aquella época. Nos dedicamos una conversación deliciosa donde las preguntas y las respuestas eran absolutamente insinuantes y seductoras, algo especial nos estaba ocurriendo y su definición adoptaba nombre propio, deseo…
Al menos yo lo sentía en mi propio cuerpo. Mientras me hablabas y me contabas anécdotas de tu viaje, no podía dejar de imaginarte en esa bañera, desnudo, tu mano jugando con el agua, derramándola por tu pecho a la vez que me preguntaba cómo sería tu cuerpo, grande seguro, blanco de piel, de espaldas anchas y vello rubio al igual que tu pelo, apoyado en un costado de esa bañera llena de espuma que acariciaba tu piel.
Mi cuerpo empezó a reaccionar, cuando me quise dar cuenta estaba fuera de las sabanas, uno de mis pechos se había salido por el escote de mi mini camisón y su pezón eréctil reclamaba caricias. Obedeciendo a los estímulos que en ese momento se repartían por todo mi ser, empecé a acariciarme, con los ojos cerrados, embobada
en tus palabras, a veces hacías pausas como cuando no se sabe que decir y a la vez se quiere decir todo, entonces yo reaccionaba apurada porque no te percatases de mi estado. Esa mañana me arrastraba entre los sentires de una excitación incontrolada y la idea de sentirte desnudo, tan cerca y tan lejos de mí, yo quería pasar al otro lado, ser el agua, tu gel, ser la esponja que rozara tu cuerpo mojado, para más tarde ser la toalla que secara tu humedad, pararme en tus labios y sumergirme en tu boca, descifrando sabores…
Me costaba procesar todo lo que estaba sintiendo y descubriendo, tanto de mí como de ti, ese deseo me embriagaba por completo, enseñándome caminos nuevos donde mi sexualidad parecía acabarse de conocer, en una edad donde sentía que mi cuerpo hervía en pasiones nuevas, y me llevaban al más salvaje deseo que jamás había sentido por un hombre, asustada y a la vez maravillada, decidí dejarme llevar por las experiencias que se presentaban, comencé a descubrirme, a vivir una nueva intimidad donde mi sexo y yo éramos cómplices absolutos de la lascivia que provocabas en mi cuerpo.
Unos golpes sonaron en la puerta, tú asombrado dijiste: - Vienen a buscarme, te tengo que dejar, luego te volveré a llamar. Yo aun atontada por tanto sentir te dije – Vale, espero tu llamada. Un beso...
Nos despedimos.
Aun en la cama, mis manos recorrieron mi cuerpo, eran como si tuvieran vida propia y ni yo misma las pudiera controlar, al llegar a mi sexo este estaba hinchado, caliente, tan lleno de deseo que al tocarlo mi dedo se hundió en su profundidad, calado de mi excitación comencé a acariciar mi clítoris y ahí empecé a disfrutar del ritual de pensarte y dedicarte mis orgasmos, mientras que imagino que son tus dedos, tu boca, tu sexo, los que me dan el más maravilloso de los placeres convertidos en unos intensos e inimaginables orgasmos.
Me enloquecía sentir el hambre de nuestros cuerpos, la sed por devorarnos las bocas, la necesidad por acoplar nuestros sexos. Quería oler a tu lascivia y empacharte de mi pasión en la locura de tus madrugadas, que tú fueras la razón de mis sueños y hacernos el amor hasta que el amanecer nos cubriera exhaustos de nosotros mismos.

Amanteceres
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10 comentarios:

Anónimo dijo...

Me siento identificada contigo, es mas eso mismo hago yo con frecuencia las veces que no he tenido pareja, ahora no me hace falta porque estoy muy bien servida

Pero cuando no tenia pareja y me gustaba mucho un tio, uhmmmm..

Es una verdadera delicia sentir la soledad de la cama, unas manos, unos dedos, la imaginacion rebosante y calenturienta de una tia, el morbo que me produce un tio y la mente pensando en el, en sus besos, en su polla.....
..
y dedicarle una sesion de pajas y unos orgasmos en su honor aunque el no lo sepa, anhelando con todas mis ganas que esos deseos se conviertan realidad y en vez de mis dedos y mi clitoris tenerlo a el, sentir el olor de su pene, de su pecho, y gozar del extasis del amor y correrme

Saludos

Marta

Anónimo dijo...

Qué hermosa descripción tan delicada, tan sensual.

A tus PIES

German Buch dijo...

Antes de decirnos adiós; antes de infligir la tecla roja del teléfono, indicando el final de nuestro encuentro, nuestras lenguas se despiden en ese lago de chup chup que trasmite el audio del movil, fundiéndose nuestros cuerpos mojados.
Nuestras lenguas, carnosas y mojadas de placer, dejan paso a mi voz para susurrarte el último deseo de pasión; acercar tus dedos a mi boca, esos dedos que inundaron tu sexo, abriéndose paso en tu herida como si fueran mis dedos. Esos dedos que, jugosos de tu coño, acercas a mi boca para llenarme de ti, de tu sabor, de tu olor, como tu boca se inunda del olor de mis dedos, aseando tu lengua cada uno de ellos, barnizando tu rostro por el semen liberado, hasta un nuevo amanecer.

DEDOS QUIETOS dijo...

Evocar para luego ser poseída en un ritual hambriento de tu piel, de todos tus sentidos.

Besos.

DEDOS QUIETOS

Isia gey dijo...

Tan seductora como de costumbre, siento llevar tanto tiempo sin dejar mi huella por aquí peor a veces no sé que escribirte aparte de halagar tu capacidad para transmitir el deseo, la lujuria, la sexualidad en sí, sin utilizar una sola palabra mal sonante.

Solo em queda dspedirme, con un abrazo.

torrevientos dijo...

Ha sido hermoso, de verdad, muy hermoso.

Víctor Cornejo dijo...

Muy descriptiva en todo, la imaginación si que hacer volar, escribes de manera real, imaginativa y sensual.

Lindisimo de verás.

Saludos.

Anónimo dijo...

Busco con manos el placer que alimenta mis sueños, cuando no estás conmigo.

El cuerpo no tiene palabras cuando ha perdido las sensaciones.

El Otro Sentido

Yemaya dijo...

Ha sido genial seguirte. Una demostración de a donde nos puede llevar la pasión y el deseo, aunque sea en la distancia.
Besos y susurros muy cálidos

Desvanecerse dijo...

¿Brillas en la oscuridad o es de día en la memoria cuando cerramos los ojos? (GIOCONDA BELLI "El pergamino de la seducción")

Besotes